El pasado viernes 1 de octubre de 2021, el Presidente presentó ante la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión una iniciativa de reforma a diversos artículos constitucionales relacionados con las industrias eléctrica y de los hidrocarburos (la “Iniciativa”).
La Iniciativa busca revertir la reforma energética de 2013 que permite la participación del sector privado en la industria eléctrica bajo la premisa de que dicha reforma tuvo como principal objetivo dotar de beneficios ilimitados al sector privado para conseguir “la rápida desaparición de la CFE”. Ante los complejos retos que enfrentaba la industria eléctrica, que no habían podido ser resueltos por el gobierno durante más de seis décadas, y considerando la evolución de la industria a nivel mundial, tanto desde el punto de vista tecnológico como de su planeación y
estructura, la reforma energética de 2013 buscaba la modernización del sector. Entre otras características, respetó el principio de mantener el control y planeación estratégica en manos del Estado, y permitió la participación del sector privado en la industria, buscando conseguir un modelo de colaboración entre los distintos sectores de la sociedad (público, social y privado) para alejarse del fallido esquema del monopolio estatal y construir una industria eléctrica más competitiva y eficiente, en la que el rol de Comisión Federal de Electricidad (“CFE”) sería distinto a su posición monopólica, y en donde el principal beneficiario sería el usuario final al tener mejores opciones de suministro y tarifas más bajas.
La Iniciativa propone el regreso al monopolio estatal en todas las actividades de la industria eléctrica: generación, transmisión, distribución, suministro y abasto; con una participación privada limitada y subordinada a las decisiones de la Secretaría de Energía (“SENER”) y de CFE.
En línea con dicho objetivo, busca desaparecer a los órganos reguladores autónomos, la Comisión Reguladora de Energía (“CRE”) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (“CNH”), para que sea el Ejecutivo, a través de la SENER y, en especial, de la CFE, quien se “auto-regule” y regule a los demás participantes de las industrias eléctrica y de los hidrocarburos.